Reflexiones sobre la Sociedad Petenera del Dr. Norman Schwartz
Algunas reflexiones
acerca de la evolución de la sociedad petenera:
cambios con y sin transformaciones
Por Doctor Norman Schwartz
Buenas noches, y gracias por la invitación de compartir algunas observaciones sencillas sobre la evolución de la sociedad petenera a través de los últimos 50 años, o sea a partir de mil novecientos cincuenta hasta dos mil diez.
Cuando Lic. Amilcar Corzo me invitó a dar la conferencia sobre el tema, yo tenía y todavía tengo un poco de miedo y estaba un poco frustrado. Digo “asustado” porque el tema es largo y complicado y quiere muchos estudios, intercambios con una gama de muchas personas, y conferencias que duran horas. Además, hoy en día – y eso es uno de los cambios importantes – hay mucho más gente mejor preparada que yo para hablar sobre el tema. Pero, no tengan pena, no voy a hablar por horas.
Digo “frustrado” por que no sabía que componente de la sociedad debo tocar porque no hay tiempo y yo no tengo los datos para tratar todo. Hay la evolución o falta de evolución en la economía, la política, la vida social, y así por el estilo. Y hay cosas sobre las cuales sabemos casi nada. Por ejemplo, aunque sabemos que la religión es sumamente importante para la vida del individuo y la sociedad, hasta donde yo sé, no hay ningún estudio formal y académico sobre la evolución de la religión en Petén.
Cuando visité Petén por la primera vez a finales de mayo de 1960, y vivía en San Andrés, había en Petén algunos Nazarenos, y apenas estaba entrando la iglesia evangélica Príncipe de Paz y la iglesia del Calvario, pero la mayoría de la gente pertenecía a la Iglesia Católica. En aquel tiempo, algunos guardaban la costumbre de pedir permiso de los alux, pero fue una minoría.
Algunos expertos, -supuestamente eran expertos-, han dicho que en el futuro, la situación de la religión no cambiaría. Ya vemos hoy, hay un gran número de iglesias que casi no se pueden contar, aunque todavía falta una mezquita. Donde quiera hay iglesias de varias confesiones, y tal vez cuarenta por ciento
de los peteneros son evangélicos, otro cuarenta por ciento pertenece a la Iglesia Católica, y hasta veinte por ciento no pertenece a ninguna iglesia. Y más allá, hasta la Semana Santa ya tiene su aspecto comercial tan fuerte como lo religioso. Mi pregunta es sencilla, ¿tal vez en veinte años en adelante, veremos más iglesias y menos religiosidad? Más aún, ¿cómo ha sido la evolución de la religión en Petén, y porque hay tantos estudios sobre muchas cosas, menos sobre religión, no obstante ser tan importante aún para la mayoría de la gente? Yo no tengo las respuestas todavía.
Otro ejemplo son los sistemas de transporte y comunicación, también una tema amplio. En 1960 había dos vuelos a la semana en un avión casi chatarra para llevar chicle a los puertos. Había una carretera, media brecha y para cruzar ríos, puentes de hamacas desde Santa Elena hasta Puerto Méndez. Para llegar a Flores había lanchas con motores de 3 a 10 caballos, y Flores no tenía su relleno todavía. Recuerdo que una vez fui de San Andrés a Santa Elena por lancha, y después en bus para La Libertad, y de Libertad a San Francisco, tuve que alquilar “a un mi caballo” como decían. Pues, en San Francisco no había donde dormir, luego el señor alcalde me ofreció el hotel de cuatro vientos bajo un árbol o la cárcel como hospedaje.
En mil novecientos sesenta y nueve FYDEP terminó de construir una carretera de terracería desde Flores, ya con su relleno, hasta Puerto Méndez. Y después de noviembre de mil novecientos noventa y nueve, el presidente Arzú inauguró la carretera asfaltada que abrió Petén para el turismo nacional. Hoy hay carreteras asfaltadas, varios vuelos de avión cada día, miles de vehículos, camiones, etcétera. Los cambios en los sistemas de carreteras, medios de transporte y comunicación tienen impactos importantes sobre la sociedad, la economía y hasta la recreación, como se puede notar cada fin de semana en Remate, San Andrés y San José. En lugar de cayucos y lanchas, hoy hay skijets en el Lago Petén Itzá. Pensando en todo esto es entendible
la imposibilidad de describir con detalles la evolución en una sociedad tan compleja como es la petenera.
En lugar de entrar en detalles, quiero, aunque sea ligeramente o un poco superficial, tratar algunos puntos ubicados dentro de un perfil histórico tentativo y provisional, por ser consciente del dicho de Bosanquet de que la historia es “un relato dudoso de eventos sucesivos.”
Periodo 1:
Como sabemos, la época de la chiclería duró desde mil ochocientos noventa hasta aproximadamente mil novecientos cincuenta o sesenta y unos años más talvez. Más o menos la época de la chiclería tuvo sus setenta a ochenta años.
Periodo 2:
Es la era de FYDEP, desde mil novecientos cincuenta y nueve, hasta mil novecientos ochenta y seis o mil novecientos noventa. FYDEP, aunque tenía faltas bien conocidas, hizo historia y grandes cambios en Petén. Para mencionar solamente unas cosas, una de sus metas era desarrollar una industria ganadera en el sur del departamento e industria maderera en el norte, arriba de paralelo diecisiete con diez minutos donde nadie podía obtener titulo de propiedad. Aunque FYDEP quería evitar terratenientes, tampoco quería que llegaran a Petén campesinos pobres. Los que hacían las grandes políticas no querían a los milperos, sean peteneros, gente del sur, q’eqchi’s o sea lo que fueran. La milpa, han dicho muchos, no es productiva, y aun más, es destructiva. Su preferencia era gente “acomodada” y preparada para desarrollar la ganadería. Eso fue porque FYDEP estaba trabajando con un modelo de desarrollo que se enfocaba en exportación de materia prima hacia el exterior.
Salvo que hoy hay miles de agricultores de pequeña escala y terratenientes, en cierto modo las metas de FYDEP se realizaron, son parte de la realidad actual. Hay una industria maderera, casi en los mismos lugares donde FYDEP dio concesiones a los madereros.
La diferencia es que la gran parte del área bajo manejo forestal está bajo control de las comunidades, y con prácticas que conservan los recursos naturales (ver Monterroso y Barry 2009). En el sur, había y hay grandes fincas de ganado, aunque hay también grandes plantaciones, por ejemplo, palma africana. Y todavía existe el modelo de exportación de productos de materia prima al exterior en beneficio de la economía nacional, aunque hoy es parte del proyecto neoliberal [1].
En países como Guatemala, el neoliberalismo quiere incrementar la producción o sea la agricultura capitalista para exportaciones al exterior encima de la producción para el mercado local nacional, y por lo general, un resultado es más importaciones de granos básicos. Mientras la expansión de producción para exportación históricamente implicaba el desalojo de los campesinos (Akram-Lodhi y Kay 2010).
La era de FYDEP tiene una traslape con la época de la guerra interna. Tengo entendido que la guerra interna era más violenta acá en Petén entre los años 1978 a 1982 o 1984. Pero eso es para otra conferencia.
Periodo 3:
Un título provisional podría ser la era de las ONG’s la cual tiene un traslape con el período de la posguerra, que terminó en 1996. En 1989 y en 1990 llegaron las grandes OGN’s internacionales, luego el Banco Mundial, BID, etc. Eso fue el tiempo de la declaración de la Biosfera Maya en el norte, prácticamente la reserva forestal de FYDEP pero también incluyó a Sierra de Lacandón y todo el municipio de Melchor de Mencos. Y después se declararon cuatro áreas protegidas en el sur de Petén. Se creó CONAP [2].
En parte esto era también el tiempo de la posguerra, de MINUGUA; los retornados, la concentración de tierra en Petén, etcétera.
Las grandes ONGs internacionales bajaron su perfil en el 2002, y MINUGUA salió en dos mil cinco, por lo cual algunos académicos mantienen que la posguerra terminó en el 2005.
Periodo 4:
La actualidad, donde estamos ahora. Procesos que arrancaron en los períodos 2 y 3 están acelerándose y hay cosas nuevas también.
La época de la chiclería tenía aproximadamente ochenta años, la del FYDEP tenía 30 años, la de las ONGs y la posguerra tenía 15 años – con cada giro de la rueda histórica, el ritmo o el “momentum” es más y más rápido. En los últimos – talvez cinco a diez años hubieron grandes cambios económicos – el comercio ya tiene mucho más importancia que en, digamos, 2002 o 2005. Hay un desarrollo fuerte de plantaciones grandes como el cultivo y exportación de palma africana y el piñón, aparentemente hay más de un millón de cabezas de ganado en Petén, y la concentración de tierra en manos de terratenientes parece ser un hecho. Los agricultores de pequeña escala sea por voluntad, por ganar un buen precio, o sea por coacción están vendiendo sus parcelas para buscar tierra en el norte de Petén o fuera de Petén.
Hay concesiones forestales comunitarias, y una gama de asociaciones en la sociedad civil. Según algunos en FLACSO el comercio tiene un papel quizá más importante en la economía de Petén que la producción de granos básicos, aunque Petén todavía provee el 25 por ciento de los frijoles negros producido en Guatemala y entre el 17 al 20 por ciento del maíz blanco, sin mencionar la
pepitoria.
En 1960, habían milperos y algunas buenas plumas (oficinistas) en Petén. Los que tenían formación universitaria casi siempre se habían trasladado a la capital. Hoy en día hay una gama de oficios, algunas especialidades que ni uno sabe exactamente que son, licenciados, doctores, etcétera. En 1960, de vez en cuando preguntaba a los chicos de San Andrés
que quieren llegar a ser, y casi siempre ellos han dicho, un chiclero y los más tímidos, un milpero. Hoy en día, un muchacho me dijo que él quiere llegar a ser un piloto de aviones jets y el otro quiere llegar a ser un programador de computadoras [3].
En 1960 había solamente 13 receptores de radio en San Andrés y la prensa no muy llegaba a Petén, menos a los pueblos. Para obtener información, lo más usual fue la información boca en boca, y para decir algo, el chisme. Hoy en día hay periódicos cada día, televisión, google, gente fasbuciando, etcétera, aunque todavía vive el chisme y el miedo sobre “qué dirá la gente.”
En 1960 había un banco, Crédito Hipotecario en Flores. Un intento de construir otro banco nacional fue un fracaso, dejando nada más que unas ruinas en Santa Elena para los arqueólogos. Hoy hay bancos a todos lados, hasta 10 en Santa Elena, sin mencionar centros comerciales, centros nocturnos, una abundancia de electrodomésticos, etc. y también gente con deudas, gente corriendo para mantenerse. En 1960 Petén no tenía una infraestructura tan moderna como hoy, y la mayoría de la gente era pobre, pero todo el mundo tenía para vivir y comer, y más tiempo para gozar la sociedad, la música y los
chismes en la mera tarde. Me recuerdo que siempre había música de la marimba (y mucha sonrisa) en San Andrés y el olor de la leña para tortillas. Y la marimba, casi todos los días había el sonido de la marimba, y ya no hay, pues en lugar de peteneros de San Andrés hay Los Tigres del Norte. Parece que no se puede ganar las mejoras sin pagar con pérdidas.
Evolución más y que gira más rápido. O tal vez es más preciso decir
muchos cambios y mucha modernización. Pero los cambios no son necesariamente evolución ni transformaciones sociales. Modernización
no es la misma cosa que desarrollo.
Hoy en día, mucha gente va al moderno supermercado cerca de un aeropuerto internacional para comprar masa de maíz, y pollo importado de los EE UU, incluso pollo procesado en mi departamento de Delaware. Eso es modernización, pero puede que eso no sea sinónimo de desarrollo.
Desde mil setecientos setenta y cinco hasta hoy, para comprar un quintal de maíz uno tenía y aun tiene que trabajar de uno a cuatro días. Eso no ha cambiado en nada, y en este sentido no ha habido desarrollo. Además, en 1960 fue de veras raro encontrar un petenero sufriendo de hambre, pero según algunos informes hoy en Petén hay gente con hambre y con inseguridad alimenticia.
Sí, Petén tiene productos nuevos que dependen de tecnologías modernas – palma africana, papaya, petróleo y otros productos para la exportación, y todo esto podría traer beneficios a la economía nacional. Pero ¿Qué pasa con los campesinos y la gente pobre? Con la expansión del libre mercado y la globalización, el reto es ¿Cómo traer algunos de los beneficios a las comunidades rurales y pobres? ¿Será posible que los campesinos pueden quedarse en el campo, recibir beneficios y mejorar sus vidas, o al contrario, como consecuencia de la expansión de productos como la palma africana, tienen que vender sus parcelas y buscar trabajo como peones, o buscar trabajo en el segundo o tercer sector de la economía? ¿Y cómo pueden entrar a estos sectores sin una buena educación? Muchas veces tienen que migrar. (Véase Ej. Carletto et al 2010; Grandia 2010). Y Petén también está exportando gente por falta de desarrollo aquí. Hay entre 40,000 a 50,000 peteneros residentes en los EE UU, y muchos de ellos mandan remesas aquí para sus mujeres y niños. Entonces, hay familias divididas, hombres y mujeres en los EE UU que viven bajo amenazas de la migra, y problemas familiares aquí por la ausencia de padres y madres.
También, parece que la concentración de la riqueza como la tierra es más y más fuerte, y la distancia entre el pobre y el rico se hace más grande cada día. Esas son cosas que impiden el desarrollo socio-económico y político, impiden la formación de una clase media grande, que pueda independizarse de los terratenientes y las élites.
En 1920, 1940 y hasta 1960 más o menos, Petén ocupaba el segundo lugar en términos de educación (alfabetismo), aunque fueron pocos los que pasaban del sexto grado. Hoy en día, como dije, hay licenciados y doctores, gente bien preparada, pero en general a nivel departamental, el nivel de la educación en Petén es pésimo. Es cierto que los alumnos que tienen acceso a las computadoras pueden buscar información en Google, y eso es modernización, pero no estoy convencido que eso es desarrollo social cuando un buen porcentaje de la población no ha cumplido cuarto o sexto grado de la primaria. Eso, también, impide el desarrollo.
Sin embargo, hay desarrollo social, y creo que no se puede negar. Existe el famoso individualismo petenero, pero hoy existe también un Club Rotario, un Oxlaju, ONGs nacionales, gremiales, un ACOFOP, para mencionar unos pocos ejemplos, y eso es desarrollo de la vida cívica y social.
Al mismo tiempo, como mencioné antes, hay más concentración de la tierra, plantaciones con impactos tal vez irreversibles sobre la naturaleza, narcotráfico, inseguridad hasta ingobernabilidad en muchas partes del país y dentro de Petén. Durante la guerra interna había mucha violencia en las áreas rurales, más que en áreas urbanas de Petén. Hoy en día existe una guerra de delincuencia común en áreas urbanas, o sea había una revolución ideológica que se ha transformado en una revolución desbordada y criminal en la posguerra y después de la posguerra. Los engaños de la guerra interna siguen en la guerra criminal. Cambios y aún evolución social no son sinónimo con el desarrollo socio-económico.
Hablando de conflictos, me permito un comentario aparte del tema. Siempre había rivalidades feroces en Petén. Por falta de tiempo, voy a mencionar solamente un ejemplo. Sin duda alguna, los cambios en las playas de San José y San Andrés y en mucho más son impresionantes, pero todavía existe cierta rivalidad dentro los pueblos vecinos. Esta rivalidad comenzó, por lo menos, en mil cuatrocientos veinte o tal vez mil cuatrocientos cincuenta, cuando los linajes de los Cohouj y de los Itzá dominaban grandes partes de Petén. Debajo de los cambios hay cosas que no cambian.
Pero dentro de todo esto, hay un cambio – la admirable capacidad de responder rápido al mercado internacional por parte de los peteneros y guatemaltecos. En este sentido, el mismo desarrollo tan rápido de las plantaciones de palma africana, piñón, etcétera, es parte de la economía global y moderna. Y desde la perspectiva neoliberal, más exportaciones son buenas para la economía nacional, como pensaba FYDEP antes. Asimismo, la modernización de los sistemas de producción en las plantaciones y en algunas fincas de ganado es impresionante y parte de nuestro mundo moderno. En otras palabras, el incremento de la economía a través de exportaciones de materia prima es importante y es donde Guatemala tiene ventajas comparativas.
Pero también merece mención la famosa falacia de “composición” como lo llaman los economistas y expertos en la lógica. Es decir, lo que es un beneficio para la economía a nivel nacional y/o para algunas élites no necesariamente trae beneficios para la mayoría de la gente o para las comunidades.
Y en este contexto, surge una pregunta. A mediano y a largo plazo, para la seguridad alimentaria y conservación de recursos naturales, cual será mejor - ¿plantaciones de especies exóticas para exportación, la industria ganadera, entre otras cosas o el sistema tradicional de milpa y huertos familiares, o la milpa tradicional combinada con la tecnología científica moderna? ¿Qué combi-
nación de estas prácticas y otras que no hay tiempo para mencionar traería más beneficios para las comunidades y más seguridad alimenticia? ¿Cómo se puede combinar lo tradicional con lo moderno para beneficiar a más gente en todos los niveles sociales? La respuesta en realidad esta en las manos de los jóvenes.
Otro ejemplo, la industria ganadera está en vías de modernización. Tiene potencial de mejorar la capacidad de carga y entonces reducir el descombro para pasto para el hato. Pero, el hato sigue creciendo empujado por los cambios en la economía de la costa sur del país y ciertas demandas en el exterior. Entonces las fincas están expandiéndose y desplazando agricultores de pequeña escala. Y, una cosa difícil de entender, hoy en día es que el precio para ganado en pie está sufriendo un decremento. Y esto no detiene la creciente concentración de tierras en pocas manos. (Ej. Tengo entendido que en el Sur de Petén o sea los municipios de Dolores, Poptún y San Luis en cuanto a la tierra el coeficiente Gini es .75 Pues, eso es difícil a entender, pero de ser cierto, tiene peso bastante. Ver Dürr, Zander y Rosales Mazariegos 2010).
Bajo cierta lógica económica moderna, uno puede argumentar que la concentración de la tierra en pocas manos no es nada negativo en sí, habiendo otras fuentes de ingreso. Pero, parece que las otros fuentes son pocas – sin tierra y sin una buena educación, ¿cuáles son las alternativas – migrar a México y a los EE UU, entrar a la Biosfera Maya hasta áreas núcleos, o integrarse a la clase jornalera en los pueblos grandes? O entrar al sector industrial. Industria en si no hay mucho en Petén, salvo el sector de industria sin chimeneas, o sea el turismo.
En el turismo hay cambios significativos. Fuera del crecimiento de turismo internacional, que puede fluctuar mucho, es importante notar sobre el turismo interno. Con la inauguración de la carretera asfaltada que corre desde Guatemala hasta Flores en noviembre de 1999 y con la construcción de las áreas atractivas de recreo y deporte en San José y otros lugares alrededor del
lago Petén Itzá, etcétera, el turismo local y nacional ha aumentado. Es posible que el turismo local y nacional deje más beneficios a las comunidades locales que el turismo internacional.
A primera vista parece que el turismo les brinda prosperidad a los Peteneros, aunque sea por lo menos en el área central. Con esta reflexión vienen dos preguntas a las que no puedo contestar en estos momentos por falta de estudios actualizados.
Uno: ¿Qué porcentaje de la fuerza laboral está involucrado directamente en el turismo? Hace 5 o 7 años un estudio indicó que fue alrededor del 10 por ciento aquí en el área central, pero el impacto indirecto y el efecto multiplicador no era tan claro. Y sin duda, la mayoría de los campesinos que han dejado sus parcelas no logran trabajar en turismo.
Dos: en algunos lugares los beneficios del turismo son susceptibles a la captura por parte de la élite, los dueños de grandes empresas turísticas. ¿Cómo está la situación aquí en Petén? Eso tiene importancia para la distribución de beneficios en una manera más igualitaria y la prosperidad que les brinda promueve el desarrollo de un clase media. Entonces, hay que preguntar si el turismo esta en vías de desarrollo, o simplemente es una manera de reforzar la estructura socio-económica tradicional, es decir, ¿la misma estructura con cambios de fachada? Realmente, no tengo las respuestas, pero sin duda hay otros aquí en Petén que van a tenerlos. Y la presencia de más y más científicos y académicos peteneros residentes aquí en Petén es un indicador de cambio y desarrollo.
En los EE UU, el sector de fabricantes, el tercer sector económico, ha incrementado su producción en los últimos diez años, pero el número de gente empleada en ese sector ha bajado significativamente. Este fenómeno se debe a las mejoras en los sistemas de producción, y cada obrero y empleado es más productivo que antes. Muchos dicen que el sector industrial es hoy día más pequeño en los EE UU pero no es cierto. Al contrario, es más grande que nunca antes, pero, como digo, la fuerza laboral industrial es más pequeña por los incrementos en la producción por trabajador. Eso les brinda prosperidad a los que tienen empleo y aun más a los accionistas y dueños de
las fábricas, aunque no brinda nada a los que ya no tienen empleo.
Aunque este no es el lugar para entrar en detalles, no puedo resistir hablar sobre los cambios creando otra circunstancia en Petén. Antes había una cultura petenera en casi todo el departamento, con ciertas excepciones en San Luis, y un poco en Sayaxché. Pero en los últimos años hay un proceso de diferenciación interna, y muy visible en algunos lugares. Unos ejemplos dramáticos son las diferencias entre el sur de Petén, el área central, y el sur de Sayaxché.
Como todos sabemos, la economía del Sur de Petén (Dolores, Poptún, San Luis) es netamente agraria – producción de maíz blanco, frijoles negros y ganado bovino (Dürr et al. 2010). Mientras, el sur de Sayaxché tiene, como mencioné antes, un aspecto novedoso en Petén – el mega-proyecto (palma africana), y el área central más y más urbanizada, moderna y turística cada día. Las diferencias, sin mencionar El Ceibo, son bien marcadas, y sin duda estos procesos traen lo bueno y lo malo. [4]
Pero, para decir la verdad, hace 50 años había mucha gente pobre en Petén. Y cuando había falta de maíz por mala cosecha, el impacto fue más o menos parejo en el departamento. Y los peteneros, los pobres, los que tenían sus centavos y los ricos siempre tenían una sonrisa y a ellos les gustaba la fiesta. Es obvio que hoy, hay gente que gozan de todas las cosas modernas, pero también tengo la impresión que el porcentaje de gente con grandes deudas es mayor, asimismo los que viven en la pobreza.
Según INE (ENCOVI) 2006, alrededor de 68% de los peteneros eran pobres en 2000, y lo fueron 57% en 2006, una mejora bienvenida. En la república en general, era 56% en 2000, y hoy es 51%. Pero la pobreza extrema era 13% en 2000 en Petén. En 2006 era 15%, aunque es aún peor en el noroeste de la república. En Petén, 57% son pobres, y los no pobres son 43% de la población
(INE 2006).
Pero, de la población indígena en Petén, en su mayoría Maya Q’eqchi’, 81% de ellos son pobres, 35% están en pobreza extrema, y 19% no son pobres. Entre la población no indígena, 50% son pobres, y entre los pobres 9% son extremadamente pobres, y 50% de los no indígenas no son pobres. El gobierno define pobreza extrema como un ingreso de Q3, 206 por persona por año. Pobreza no extrema es Q6, 574, o sea casi Q40, 000 al año para una familia de seis personas. Arriba de Q40, 000 la familia no es pobre. Si no estoy equivocado, con el salario mínimo un jornalero puede ganar entre Q15, 000 hasta Q17, 000 al año. Entonces una familia de seis personas tiene que tener más de una persona trabajando. Cada quien debe llegar a sus propias conclusiones.
Pero aún hay también señales de prosperidad y aún desarrollo como el centro comercial Metro Plaza Mundo Maya, y sus clientes. Puede ser que eso es un viraje – algo colateral del crecimiento poblacional y nada más –, sin embargo, me parece que es algo más. Y sin duda alguna, hay mucho más gente con electrodomésticos, hasta el olor en la tarde ya es diferente en algunas áreas – cocinar con electrodoméstico y con leña deja diferentes sensaciones. ¿Y los tuk-tuks, más de 800 en el área central urbana, qué indica eso?
En general, parece que los peteneros tradicionales viven aquí un poco mejor que otros. Luego viene otra pregunta. ¿Los peteneros están asimilando la cultura del sur y oriente o viceversa, o es en doble vía? Por un lado, sale la chatona en cada fiesta municipal, pero también hay palenques. Los peteneros han mantenido una cultura distinta en muchas formas, hasta en la construcción de casas, su música, etcétera, pero ya los peteneros tradicionales son una minoría, y los nuevos peteneros del sur y oriente son la mayoría.
Tal vez más evidente es la diferencia entre etnias, como las estadísticas sobre la pobreza lo indican. Los Q’eqchi’s sufren de pobreza, falta de educación bilingüe (ver Corzo Márquez 2008), y además parece que están perdiendo sus parcelas en partes de Petén. El desalojo de los
Q’eqchi’ de sus tierras no es nada nuevo, y según algunos autores lo que pasaba en las Verapaces ya está pasando acá. En otras palabras, el sistema nacional o tal vez centroamericano está extendiéndose hasta las fronteras del norte. El proceso se refuerza cada vez más (Grandia 2010; Hurtado Paz y Paz 2008).
A la vez, los Q’eqchi’s y otras etnias como los maya Mopán e Itzá ya tienen mucha más capacidad de protagonismo y auto-defensa frente a la ley. No se puede describir todo en términos de blanco y negro. Hay cosas de color gris.
Pero, en fin, como muchos han observado, tal vez el cambio más grande desde 1960 ha sido la replicación del sistema del sur y del altiplano del país aquí en el norte – en la Transversal del Norte y en Petén. Terratenientes y plantaciones por un lado, y por otro lado, jornaleros y agricultores que por fuerza tienen que trabajar por temporadas fuera de sus propias parcelas. Sea por diseño y engaño o por accidente histórico, existe una fuerza laboral relativamente barata y no muy organizada. Los que tienen que pagar a los laborantes sienten que no es barata, y tienen razón, pero hay que recordar también la diferencia en lo que uno percibe como su negocio particular y un proceso estructural.
Con cada giro de la rueda de la historia hay cambios reales, pero hay también algunos procesos y estructuras socio-políticas que no han podido transformarse todavía. Al contrario, están actualmente más reforzadas. Es fácil culpar a individuos o a determinadas clases sociales, pero también hay que tomar en cuenta el entorno global, procesos grandes, y la toma de decisiones por parte de gente en la capital y aún fuera de Guatemala. La pregunta aquí es: ¿Dónde se toman las decisiones contundentes y quién las toma? ¿Quién tiene el protagonismo y control? Es un tema de autogestión versus imposición de arriba hacia abajo en la toma de decisiones.
Desde 1960 y antes, las compañías chicleras tenían mucho poder en la toma de decisiones pero por lo menos, uno podía decidir dejar eso y vivir tranquilamente con su milpa. Cuando entró el FYDEP, al principio la toma de decisiones estaba en las manos de gente de afuera, pero poco a poco los peteneros ganaban espacio, aunque las políticas o sea el modelo de desarrollo vino de la capital y de fuera de Guatemala.
Mientras en 1990, como todos saben, la creación de la RBM fue una imposición de arriba hacia abajo por parte de elites nacionales e internacionales. Y desde ciertas perspectivas, fue una decisión necesaria y buena. No obstante fue una decisión bien fuerte, y la participación de los peteneros fue casi nula.
En la posguerra y hoy en día, hay mucho mas populismo que antes, sea para bien o para mal. A la vez, parece que gente local y organizada, como por ejemplo, ACOFOP y otros actores ya tienen más posibilidades en la toma de decisiones sobre el RBM, legalización de tierras y otras cosas, aunque decisiones con las más fuertes implicaciones todavía viene de arriba hacia abajo.
Y, ya es imposible buscar la tranquilidad de la milpa y sobrevivir. Es difícil decir más sin mucho más tiempo porque en la vida política, sea con o sin desarrollo siempre hay muchos comodines.
Pero puedo notar que hay más gente preparada, un porcentaje de jóvenes con una formación académica, y ellos y ellas tienen las respuestas acerca de preguntas sobre el tema de la toma de decisiones. ¿Tienen posibilidades de tomar el camino hacia auto-gestión?, aunque eso trae riesgos e inseguridad, ¿pueden tomar el camino de no aceptación de decisiones que vienen de afuera?
La política del gobierno en 1835, en 1945 y en 1959 fue en parte de integrar a Petén a la nación. Un sueño sin cambio en dos siglos. Para bien o para mal, Petén está integrado con el resto de Guatemala y más integrado con el mercado y la cultura global. Y con eso, hay un replicación de muchos procesos y estructuras del sur y el altiplano, dentro de un proceso de modernización que ha sido más rápido que el proceso de desarrollo.
Como he dicho, tengo más preguntas y dudas que respuestas, pero hay una cosa que me parece es cierta. Si los peteneros tradicionales y nuevos van a tomar más espacio en el proceso de desarrollo y la toma de decisiones quieren mucho más preparación académica. Sabemos que el desarrollo real depende en gran parte en la educación básica, por los menos los primeros cuatro grados y kinder, y también en la educación a nivel de la universidad, especialmente una universidad local. En ese sentido, es preciso enfatizar “CUDEP deber ser lo medular del desarrollo socio-económico en el sentido más amplio y humanitario”.
Pasé una noche con Lic. Oscar Obando y sus alumnos con B-learning. Aunque no entiendo esta nueva tecnología, me hizo pensar en los cambios tan enormes. Hace 50 años, otro maestro, Don Ricardo Tzul un sabio de San Andrés estaba sentado, como era la costumbre en el pueblo, fuera de su casa en la tarde, y a su alrededor estaban varios jóvenes y hombres – los alumnos – y Don Ricardo, entre chistes y chismes, habló de los antepasados del lugar, lecciones que vienen de los veteranos del pasado. Hoy en día, otro sabio, Lic. Obando, esta apoyando sus alumnos para enfrentar el futuro. ¡Cambios y continuidades!
Todavía es difícil medir y menos evaluar el impacto sobre Petén de muchos factores. En parte eso es por la rapidez de los cambios. Hoy, son increíbles los modos de comunicación. Radio, televisión, skypes, periódicos, una revista de CUDEP de fuerte potencial, Google, etc. Pero, todavía existe el arte tradicional del chisme. Es decir, a veces bajo todos los cambios tan dramáticos y rápidos, persisten patrones mucho más antiguos. Atrás o abajo de los malecones y vistas tan lindas y facilidades tan cómodas como es visible en San José y San Andrés, en Santa Ana y San Francisco, Flores, etcétera, hay la rivalidad de los Cohuojes versus los Itzá que vino de Yucatán hacia Petén. Nadie puede negar la realidad de cambios irreversibles, sino observar la dificultad de analizar todo esto. Pero una cosa no ha cambiado - la paciencia y cortesía petenera de escuchar a los otros, por lo cual les agradezco mucho.
Gracias.
Notas complementarias
[1] Kearney (1986 pagina 353) dijo que “el desarrollo sólo puede ocurrir cuando los excedentes por encima de consumo normal son capturados y se invierte en la infraestructura productiva de la comunidad” (traducción mía). Para aclarar un poco, hay economistas que dicen que el desarrollo económico es el crecimiento de la economía nacional y capacidad de competir en el mercado global. Entonces, Guatemala como otros países deben cambiar sus políticas para tener más disciplina fiscal, reformar los impuestos, promover el libre mercado, privatizar ciertas instituciones estatales, promover exportaciones, etc. – en una palabra el neoliberalismo. Un
ejemplo de esto fue Programa de Reordenamiento Económico y Social de Corto Plazo (1986). Cambio neoliberal que aparentemente mejoró la economía a nivel nacional, al mismo tiempo la tasa de pobreza creció y así mismo la desigualdad de ingresos individuales. En breve, un aumento en las exportaciones, etc. no implicará necesariamente mejoras en el bienestar en la
población en general. Al contrario, Ej., cuando el país exporta más productos agrarios a nivel comercial, los campesinos no pueden competir y tienen que salir de sus parcelas, dejar de ser productores, y entrar en el mercado laboral comercial en condiciones desfavorables. Entonces “desarrollo” en su sentido más amplio y crecimiento económico no son la misma cosa. Desde el informe de la Comisión Bruntland de la ONU en 1987 es menos posible de hablar de “desarrollo” sin la palabra “sostenible” – un proceso que satisface las necesidades de la generación actual, sin debilitar la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus necesidades. Y tiene dimensiones sociocultural, económico, y político-institucionales según Sepúlveda (2008) y otros. Entonces “el desarrollo” implica por lo menos cambios tanto sociales como económicos, mejoras en la calidad de la vida para todo el pueblo, y más opciones para los ciudadanos (véase por ejemplo Carletto, et al. 2010). (Los marxistas tiene su propia definición de desarrollo que involucra “la acumulación primitiva” y la conversión de los RRNN, la capital y la mano de obra en objetos sin función moral-social, o sea que todos son comodidades en la economía y en lo conceptual. Véase también Hirschman. 1958; Hirschman y Petrusewicz 1994.
[2] Algunos mantienen que la era de la conservación, etc. comenzó cuando las OGNs internacional y ciertas personas en la capital se dieron cuenta de la “deforestacion” en Petén. En realidad, había Peteneros reclamando esto desde el década de los setenta, pero en esa época, expertos en el extranjero no estaba escuchándoles. Pregunto ¿Hoy están escuchando a la gente local? (Ej. Gálvez Mis 1977). Cambios sin cambios.
[3] En 1950 casi 69% de la PEA de Petén trabajaba en el primer sector de la economía, el sector agrario, lo cual incluyó la chiclería. Según mis cálculos, en 1950-1960 alrededor de 50% de la PEA petenera estaba involucrada en alguna forma en la chiclería. En las décadas 1960, 1970 y 1980 de 72.0 hasta 76.0% de la PEA petenera estaba en el sector agrario, aunque la chiclería cayó bastante. ¡Mientras en 1990 la PEA en el sector agrario bajó hasta 59% y en 2002 fue 22%, aunque en lo personal tengo mis dudas que 22% es real! (55% estaba clasificada como obreros no calificados). Entonces, por lo menos en el
área central hay cambios – en 1960 fue una economía extractiva y agrícola, y hoy en día es una economía de servicios (para turistas, población en general, etc.) y comercial (Véase Cordillera 2006).
[4] También, había antes una pirámide de riqueza, poder y prestigio. Ahora hay varias pirámides separadas, y la riqueza, el poder y el prestigio son menos congruentes. Hay más populismo, también. Cambios fuertes a mi parecer. Seria bueno si un estudiante de CUDEP podría investigar este aspecto de la historia petenera.
Nota Final:
Conferencia del Doctor Norman Schwartz en el Centro Universitario de Petén el miércoles 14 de julio de 2010. Revista Universitaria Trimestral Electrónica Säk B’ej del Centro Universitario del Petén – Universidad de San Carlos de Guatemala Año 01 No. 03. Pag. 4-12.
El Doctor Norman Schwartz es autor del Libro Forest Society, además de ser Profesor Emérito de la Universidad de Delaware, Estados Unidos.
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