Reflexiones sobre la Sociedad Petenera del Dr. Norman Schwartz

Algunas reflexiones
acerca de la evolución de la sociedad petenera:
cambios con y sin transformaciones

Por Doctor Norman Schwartz

Buenas  noches,  y  gracias  por  la  invitación  de  compartir  algunas  observaciones  sencillas  sobre la evolución de la sociedad petenera a través de los últimos 50 años, o sea a partir de mil novecientos cincuenta hasta dos mil diez.

Cuando Lic. Amilcar Corzo me invitó a dar la conferencia sobre el tema, yo tenía y todavía tengo un  poco  de  miedo  y  estaba  un  poco  frustrado.  Digo  “asustado”  porque    el  tema  es  largo  y complicado  y  quiere    muchos  estudios,  intercambios  con  una  gama  de  muchas  personas,  y  conferencias que duran horas. Además, hoy en día – y eso es uno de los cambios importantes – hay  mucho  más  gente  mejor  preparada  que  yo  para  hablar  sobre  el  tema.    Pero,  no  tengan pena, no voy a hablar por horas.

Digo  “frustrado”  por  que  no  sabía  que  componente  de  la  sociedad  debo  tocar  porque  no  hay tiempo  y  yo  no  tengo  los  datos  para  tratar  todo.    Hay  la  evolución  o  falta  de    evolución  en  la economía, la política, la vida social, y así  por el estilo. Y hay cosas sobre las  cuales sabemos casi nada. Por ejemplo, aunque sabemos que la religión es sumamente importante para la vida del  individuo  y  la  sociedad,  hasta  donde  yo  sé,  no    hay  ningún    estudio  formal  y  académico sobre la  evolución de la religión en  Petén.

Cuando visité Petén por la primera vez a finales de mayo de 1960, y vivía en San Andrés, había en Petén algunos Nazarenos, y apenas estaba entrando la iglesia evangélica Príncipe de Paz y la  iglesia  del  Calvario,  pero  la  mayoría  de  la  gente  pertenecía  a  la  Iglesia  Católica.  En  aquel tiempo,  algunos  guardaban  la  costumbre  de  pedir  permiso  de  los  alux,  pero  fue  una  minoría.

Algunos expertos, -supuestamente eran expertos-, han dicho que en el futuro, la situación de la religión no cambiaría. Ya vemos hoy, hay un gran número de iglesias que casi no se pueden contar, aunque todavía falta una mezquita. Donde quiera hay iglesias de varias confesiones, y tal vez cuarenta por ciento
de los peteneros son evangélicos, otro cuarenta por ciento pertenece a la Iglesia Católica, y hasta veinte por ciento no pertenece a ninguna iglesia. Y más allá, hasta la Semana Santa ya tiene su aspecto comercial tan fuerte como lo religioso. Mi pregunta es sencilla, ¿tal vez en veinte años en adelante, veremos más iglesias y menos religiosidad? Más  aún, ¿cómo ha sido la evolución de la religión en Petén, y porque hay tantos estudios sobre muchas cosas, menos sobre religión, no  obstante  ser  tan  importante  aún  para  la  mayoría  de  la  gente?  Yo  no  tengo  las  respuestas  todavía.

Otro ejemplo son los sistemas de transporte y comunicación, también una tema amplio. En 1960 había dos vuelos a la semana en un avión casi chatarra para llevar chicle a los puertos. Había una carretera, media brecha y para cruzar ríos, puentes de hamacas desde Santa Elena hasta Puerto Méndez. Para llegar a Flores había lanchas con motores de 3 a 10 caballos, y  Flores no tenía su relleno todavía. Recuerdo que una vez fui de San Andrés a Santa Elena por lancha, y después  en  bus  para  La  Libertad,  y  de  Libertad  a  San  Francisco,  tuve  que  alquilar  “a  un  mi caballo” como decían. Pues, en San Francisco no había donde dormir, luego el señor alcalde me ofreció el hotel de cuatro vientos bajo un árbol o la cárcel como hospedaje.

En  mil  novecientos  sesenta  y  nueve  FYDEP  terminó  de  construir  una  carretera  de  terracería desde Flores, ya con su relleno, hasta Puerto Méndez. Y después de noviembre de mil novecientos noventa  y nueve, el presidente Arzú inauguró la carretera asfaltada que abrió Petén para el turismo  nacional.  Hoy  hay  carreteras  asfaltadas,  varios  vuelos  de  avión  cada  día,  miles  de vehículos, camiones, etcétera. Los cambios en los sistemas de carreteras, medios de transporte y comunicación tienen impactos importantes sobre la sociedad, la economía y hasta la recreación, como se puede notar cada fin de semana en Remate, San Andrés y San José. En lugar de cayucos y lanchas, hoy hay  skijets en el Lago Petén Itzá. Pensando en todo esto es entendible
la imposibilidad de describir con detalles la evolución en una sociedad tan compleja como es la petenera.

En  lugar  de  entrar  en  detalles,  quiero,  aunque  sea  ligeramente  o  un  poco  superficial,  tratar algunos puntos ubicados dentro de un perfil histórico tentativo y provisional, por ser consciente del dicho de Bosanquet de que la historia  es “un relato dudoso de eventos sucesivos.”  

Periodo 1:
Como  sabemos,  la  época  de  la  chiclería  duró  desde  mil  ochocientos  noventa  hasta  aproximadamente  mil  novecientos  cincuenta o sesenta y unos años más talvez. Más o menos la época de la chiclería tuvo sus setenta a ochenta años.

Periodo 2:
Es la era de FYDEP, desde mil novecientos cincuenta y nueve, hasta mil  novecientos  ochenta  y  seis  o  mil  novecientos  noventa.  FYDEP, aunque tenía faltas bien conocidas, hizo historia y grandes cambios en Petén. Para mencionar solamente unas cosas, una de sus metas era desarrollar una industria ganadera en el sur del departamento e industria  maderera  en  el  norte,  arriba  de  paralelo  diecisiete  con  diez minutos  donde  nadie  podía  obtener  titulo  de  propiedad.  Aunque FYDEP  quería  evitar  terratenientes,  tampoco  quería  que  llegaran  a Petén  campesinos  pobres.  Los  que  hacían  las  grandes  políticas  no querían a los milperos, sean peteneros, gente del sur, q’eqchi’s o sea lo  que  fueran.  La  milpa,  han  dicho  muchos,  no  es  productiva,  y  aun más, es destructiva.  Su preferencia era gente “acomodada” y preparada para desarrollar la ganadería.  Eso fue porque FYDEP estaba trabajando con un modelo de desarrollo que se enfocaba en exportación de materia prima hacia el exterior. 

Salvo  que  hoy  hay miles  de  agricultores  de  pequeña  escala  y terratenientes, en cierto modo las metas de FYDEP se realizaron, son parte  de  la  realidad  actual.  Hay  una  industria  maderera,  casi  en  los mismos  lugares  donde  FYDEP  dio  concesiones  a  los  madereros.      

La diferencia es que la gran parte del área bajo manejo forestal está bajo control de las comunidades, y con prácticas que conservan los recursos naturales (ver Monterroso y Barry 2009). En el sur, había y hay grandes fincas de ganado, aunque hay también grandes plantaciones, por ejemplo, palma africana. Y todavía existe el modelo de exportación de productos de materia prima al exterior en beneficio de la economía nacional, aunque hoy es parte del proyecto neoliberal [1]. 

En países como Guatemala, el neoliberalismo quiere incrementar la producción o sea la agricultura capitalista para exportaciones al exterior encima de la producción para el mercado local nacional, y por lo general, un resultado es más importaciones de granos básicos. Mientras la expansión de producción para exportación históricamente implicaba el desalojo de los campesinos (Akram-Lodhi y Kay 2010).

La era de FYDEP tiene una traslape con la época de la guerra interna. Tengo entendido que  la guerra interna era más violenta acá en Petén entre los años 1978 a 1982 o 1984. Pero eso es para otra conferencia.

Periodo 3:
Un título provisional podría ser la era de las ONG’s la cual tiene un traslape con el período de la posguerra, que terminó en 1996. En 1989 y en 1990 llegaron las grandes OGN’s internacionales, luego el Banco Mundial, BID, etc. Eso fue el tiempo de la declaración de la Biosfera Maya en el norte, prácticamente la reserva forestal de FYDEP pero también incluyó a Sierra de Lacandón y todo el municipio de Melchor de Mencos. Y después se declararon cuatro áreas protegidas en el sur de Petén. Se creó CONAP [2]. 

En parte esto era también el tiempo de la posguerra, de MINUGUA; los retornados, la concentración de tierra en Petén, etcétera.

Las grandes ONGs internacionales bajaron su perfil en el 2002, y MINUGUA salió en dos mil cinco, por lo cual algunos académicos mantienen que la posguerra terminó en el 2005.

Periodo 4:
La  actualidad,  donde  estamos  ahora.  Procesos  que  arrancaron  en  los  períodos  2  y    3  están acelerándose y hay cosas nuevas también.

La época de la chiclería tenía aproximadamente ochenta años, la del FYDEP tenía 30 años, la de las  ONGs  y  la  posguerra  tenía  15  años    con  cada    giro  de  la  rueda  histórica,  el  ritmo  o  el “momentum” es más y más rápido. En los últimos – talvez   cinco a diez años hubieron grandes cambios económicos – el comercio ya tiene mucho más importancia que en, digamos, 2002 o 2005.  Hay  un  desarrollo  fuerte  de  plantaciones  grandes  como  el  cultivo  y  exportación  de  palma africana y el piñón, aparentemente hay más de un millón de cabezas de ganado en Petén, y la concentración  de  tierra  en  manos  de terratenientes  parece  ser  un  hecho.    Los  agricultores  de  pequeña escala sea por voluntad, por ganar un buen precio, o sea por  coacción están vendiendo sus parcelas para buscar tierra en el norte de Petén o fuera de Petén.

Hay concesiones forestales comunitarias, y una gama de asociaciones en la sociedad civil. Según algunos en FLACSO el comercio tiene un papel quizá más importante en la economía de Petén que la producción de granos básicos, aunque Petén todavía provee el 25 por ciento de los frijoles negros producido en Guatemala y entre el 17 al 20  por ciento del maíz blanco, sin mencionar la
pepitoria.

En  1960,  habían  milperos  y  algunas  buenas  plumas  (oficinistas)  en  Petén.  Los  que  tenían  formación  universitaria  casi siempre se habían trasladado a la capital. Hoy en día hay una gama de oficios, algunas especialidades que ni uno sabe exactamente que son,  licenciados, doctores, etcétera. En 1960,  de vez en cuando preguntaba a los chicos  de San Andrés
que quieren llegar a ser, y casi siempre ellos han dicho, un chiclero y los más tímidos, un milpero. Hoy en día, un muchacho me dijo que él quiere llegar a  ser un piloto de aviones jets y el otro quiere llegar a ser un programador de computadoras [3].

En 1960 había solamente 13 receptores de radio en San Andrés  y la prensa no muy llegaba a Petén, menos a los pueblos. Para  obtener  información,  lo  más  usual  fue  la  información  boca  en  boca,  y  para  decir  algo,  el  chisme.  Hoy  en  día  hay periódicos cada día, televisión, google, gente fasbuciando, etcétera, aunque todavía vive el chisme y el miedo sobre “qué dirá la gente.”

En 1960 había un banco, Crédito Hipotecario en Flores. Un intento de construir otro banco nacional fue un fracaso, dejando nada más que unas ruinas en Santa Elena para los arqueólogos. Hoy hay bancos a todos lados, hasta 10 en Santa Elena, sin  mencionar  centros  comerciales,  centros  nocturnos,  una  abundancia  de  electrodomésticos,  etc.  y  también  gente  con deudas, gente corriendo para mantenerse.  En 1960 Petén no tenía una infraestructura tan moderna como hoy, y la mayoría de la gente era pobre, pero todo el mundo tenía para vivir y comer, y más tiempo para gozar la sociedad, la música y los
chismes en la mera tarde. Me recuerdo que siempre había música de la marimba (y mucha sonrisa) en San Andrés y el olor de  la  leña  para  tortillas.  Y  la  marimba,  casi  todos  los  días  había  el  sonido  de  la  marimba,  y  ya  no  hay,  pues  en  lugar  de peteneros de San Andrés hay Los Tigres del Norte. Parece que no se puede ganar las mejoras sin pagar con pérdidas.

Evolución  más  y  que  gira  más  rápido.    O  tal  vez  es  más  preciso  decir
muchos  cambios  y  mucha  modernización.  Pero  los  cambios  no  son    necesariamente  evolución  ni  transformaciones  sociales.  Modernización
no es la misma cosa que desarrollo.

Hoy  en  día,  mucha  gente  va  al  moderno  supermercado  cerca  de  un aeropuerto internacional para comprar masa de maíz, y pollo importado de los EE UU, incluso pollo procesado en mi departamento de Delaware.  Eso es modernización, pero puede que eso no sea sinónimo de desarrollo.

Desde mil setecientos setenta y cinco hasta hoy, para comprar un quintal de maíz uno tenía y aun tiene que trabajar de uno a  cuatro días. Eso no ha  cambiado  en  nada,  y  en  este  sentido  no  ha  habido  desarrollo. Además, en 1960 fue de veras raro encontrar un petenero sufriendo de hambre,  pero  según  algunos  informes  hoy  en  Petén  hay  gente  con hambre  y con inseguridad alimenticia.

Sí, Petén tiene productos nuevos que dependen de tecnologías modernas – palma africana, papaya, petróleo y otros productos para la exportación, y todo esto podría traer beneficios a la economía nacional. Pero ¿Qué pasa con los campesinos y la gente pobre? Con la expansión del libre mercado y la globalización, el reto es ¿Cómo traer algunos de los beneficios a las comunidades rurales y pobres? ¿Será posible que los campesinos pueden quedarse en el campo, recibir beneficios y mejorar sus vidas, o al contrario, como consecuencia de la expansión de productos como la palma africana, tienen que vender sus parcelas y buscar trabajo como peones, o buscar trabajo en el segundo o tercer sector de la economía? ¿Y cómo pueden  entrar a estos sectores sin una buena educación?  Muchas veces tienen que migrar. (Véase Ej. Carletto et al 2010; Grandia 2010).  Y Petén también está exportando gente por falta de desarrollo aquí. Hay entre 40,000 a 50,000 peteneros residentes en los EE UU, y muchos de ellos mandan remesas aquí para sus mujeres y niños. Entonces, hay familias divididas, hombres y mujeres en los EE UU que viven bajo amenazas de la migra, y problemas familiares aquí por la ausencia de padres y madres.

También, parece que la concentración de la riqueza como la tierra es más y más fuerte, y la distancia entre el pobre y el rico se hace más grande cada día. Esas son cosas que impiden el desarrollo socio-económico y político, impiden la formación de una clase media grande, que pueda independizarse de los terratenientes y las élites.

En 1920, 1940 y hasta 1960 más o menos, Petén ocupaba el segundo lugar en términos de educación (alfabetismo), aunque fueron pocos los que pasaban del sexto grado. Hoy en día, como dije, hay licenciados y doctores, gente bien preparada, pero en general a nivel departamental, el nivel de la educación en Petén es pésimo.  Es cierto que los alumnos que tienen acceso a las  computadoras  pueden  buscar  información  en  Google, y eso es  modernización,  pero  no  estoy  convencido  que  eso  es desarrollo  social  cuando  un  buen  porcentaje  de  la  población  no  ha  cumplido  cuarto  o  sexto  grado  de  la  primaria.    Eso, también, impide el desarrollo.

Sin embargo, hay desarrollo social, y creo que no se puede negar. Existe el famoso individualismo petenero, pero hoy existe también un Club Rotario, un Oxlaju, ONGs  nacionales, gremiales, un ACOFOP, para mencionar unos pocos ejemplos, y eso es desarrollo de la vida cívica y social.

Al mismo tiempo, como mencioné antes, hay más concentración de la tierra, plantaciones con impactos tal vez irreversibles sobre la naturaleza, narcotráfico, inseguridad hasta ingobernabilidad en muchas partes del país y dentro de Petén. Durante la guerra interna había mucha violencia en las áreas rurales, más que en áreas urbanas de Petén. Hoy en día existe una guerra de delincuencia común en áreas urbanas, o sea había una revolución ideológica que se ha transformado en una revolución desbordada  y  criminal  en  la  posguerra  y  después  de  la  posguerra.  Los  engaños  de  la  guerra  interna  siguen  en  la  guerra criminal.  Cambios y aún evolución social no son sinónimo con el desarrollo socio-económico.

Hablando de conflictos, me permito un comentario aparte del tema. Siempre había rivalidades feroces en Petén. Por falta de tiempo, voy a mencionar solamente un ejemplo. Sin duda alguna, los cambios en las playas de San José y San Andrés y en mucho más son impresionantes, pero todavía existe cierta rivalidad dentro los pueblos vecinos. Esta rivalidad comenzó, por lo menos, en mil cuatrocientos veinte o tal vez mil cuatrocientos cincuenta, cuando los linajes  de los Cohouj y de los Itzá dominaban grandes partes de Petén. Debajo de los cambios hay cosas que no cambian.

Pero  dentro  de  todo  esto,  hay  un  cambio    la  admirable  capacidad  de  responder  rápido  al mercado  internacional  por  parte  de  los  peteneros  y  guatemaltecos.  En  este  sentido,  el  mismo desarrollo  tan  rápido  de  las  plantaciones  de  palma  africana,  piñón,  etcétera,  es  parte  de  la  economía global y moderna. Y desde la perspectiva neoliberal, más exportaciones son buenas para  la  economía  nacional,  como  pensaba  FYDEP  antes.    Asimismo,  la  modernización  de  los sistemas de producción en las plantaciones y en algunas fincas de ganado es impresionante y parte de nuestro mundo moderno. En otras palabras, el incremento de la economía a través de exportaciones de materia prima es importante y es donde Guatemala tiene ventajas comparativas. 

Pero también merece mención la famosa falacia de “composición” como lo llaman los economistas y expertos en la lógica. Es decir, lo que es un beneficio para la economía a nivel nacional y/o para algunas élites no necesariamente trae beneficios para la mayoría de la gente o para las comunidades.
Y en este contexto, surge una pregunta. A mediano y a largo plazo, para la seguridad alimentaria y conservación de recursos naturales, cual será mejor - ¿plantaciones de especies exóticas para exportación, la industria ganadera, entre otras cosas o el sistema tradicional de milpa y huertos familiares, o la milpa tradicional combinada con la tecnología científica moderna?  ¿Qué combi-
nación de estas prácticas y otras que no hay tiempo para mencionar traería más beneficios para las comunidades y más seguridad alimenticia?  ¿Cómo se puede combinar lo tradicional con lo moderno para beneficiar a más gente en todos los  niveles sociales? La respuesta en realidad esta en las manos de los jóvenes.

Otro ejemplo, la industria ganadera está en vías de modernización. Tiene potencial de mejorar la capacidad de carga y entonces reducir el descombro para pasto para el hato. Pero, el hato sigue creciendo empujado por los cambios en la economía de la costa sur del país y ciertas demandas en el exterior. Entonces las fincas están expandiéndose y desplazando  agricultores de pequeña escala. Y, una cosa difícil de entender, hoy en  día es que el precio para ganado en  pie está sufriendo  un  decremento.  Y  esto  no  detiene  la  creciente  concentración  de  tierras  en  pocas manos. (Ej. Tengo entendido que en el Sur de Petén o sea los municipios de Dolores, Poptún y San Luis en cuanto a la tierra el coeficiente Gini es .75 Pues, eso es difícil a entender, pero de ser cierto, tiene peso bastante. Ver Dürr, Zander y Rosales Mazariegos 2010).

Bajo cierta lógica económica moderna, uno puede argumentar que la concentración de la tierra en pocas manos no es nada negativo en sí, habiendo otras fuentes de ingreso.  Pero, parece que las otros fuentes son pocas – sin tierra y sin una buena educación, ¿cuáles son las alternativas – migrar a México  y a los EE UU, entrar a la Biosfera Maya hasta áreas núcleos, o integrarse a la clase jornalera en los pueblos grandes? O entrar al sector industrial. Industria en si no hay mucho en Petén, salvo el sector de industria sin chimeneas, o sea el turismo.

En el turismo hay cambios significativos.  Fuera del crecimiento de turismo internacional, que puede fluctuar mucho, es importante notar sobre el turismo interno. Con la inauguración de la carretera asfaltada que corre desde Guatemala hasta Flores en noviembre de 1999 y con la construcción de las áreas atractivas de recreo y deporte en San José y otros lugares alrededor del
lago Petén Itzá, etcétera, el turismo local y nacional ha aumentado.  Es posible que el turismo local y nacional deje más beneficios a las comunidades locales que el turismo internacional.  

A primera vista parece que el turismo les brinda prosperidad a los Peteneros, aunque sea por lo menos en el área central. Con esta reflexión vienen dos preguntas a las que no puedo contestar en estos momentos por falta de estudios actualizados.

Uno: ¿Qué porcentaje de la fuerza laboral está involucrado directamente en el turismo?  Hace 5 o 7 años un estudio indicó que fue alrededor del 10 por ciento aquí en el área central, pero el impacto indirecto y el efecto multiplicador no era tan claro. Y sin duda, la mayoría de los campesinos que han dejado sus parcelas no logran trabajar en turismo. 

Dos: en algunos lugares los beneficios del turismo son susceptibles a la captura por parte de la élite, los dueños de grandes empresas turísticas.  ¿Cómo está la situación aquí en Petén?  Eso tiene importancia para la distribución de beneficios en una manera más igualitaria y la prosperidad que les brinda promueve el desarrollo de un clase media. Entonces, hay que preguntar si el turismo esta en vías de desarrollo, o simplemente es una manera de reforzar la estructura socio-económica tradicional, es decir, ¿la misma estructura con cambios de fachada? Realmente, no tengo las respuestas, pero sin duda hay otros aquí en Petén que van a tenerlos. Y la presencia de más y más científicos y académicos peteneros residentes aquí en Petén es un indicador de cambio y desarrollo.

En los EE UU, el sector de fabricantes, el tercer sector económico, ha incrementado su producción en los últimos diez años, pero el número de gente empleada en ese sector ha bajado significativamente. Este fenómeno se debe a las mejoras en los sistemas de producción, y cada obrero y empleado es más productivo que antes. Muchos dicen que el sector industrial es hoy día más pequeño en los EE UU pero no es cierto. Al contrario, es más grande que nunca antes, pero, como digo, la  fuerza  laboral  industrial  es  más  pequeña  por  los  incrementos  en  la  producción  por  trabajador.  Eso les brinda prosperidad a los que tienen empleo y aun más a los accionistas y dueños de
las fábricas, aunque no brinda nada a los que ya no tienen empleo.  

Aunque este no es el lugar para entrar en detalles, no puedo resistir hablar sobre los cambios creando otra circunstancia en Petén.  Antes  había  una  cultura  petenera  en  casi  todo  el  departamento,  con ciertas excepciones en San Luis, y un poco en Sayaxché.  Pero en los  últimos  años  hay  un  proceso  de  diferenciación  interna, y muy visible en algunos lugares.  Unos    ejemplos dramáticos son las diferencias entre el sur de Petén, el área central, y el sur de Sayaxché. 

Como todos sabemos, la economía del Sur de Petén (Dolores, Poptún,  San  Luis)  es  netamente  agraria    producción  de  maíz  blanco, frijoles negros y ganado bovino (Dürr et al. 2010).  Mientras, el sur de Sayaxché  tiene,  como  mencioné  antes,  un  aspecto  novedoso  en Petén – el mega-proyecto (palma africana), y el área central más y más urbanizada, moderna y turística cada día.  Las diferencias, sin mencionar El Ceibo, son bien marcadas, y sin duda estos procesos traen lo bueno y lo malo. [4]

Pero, para decir la verdad, hace 50 años había mucha gente pobre en Petén. Y cuando había falta de maíz por mala cosecha, el impacto fue más o menos parejo en el departamento.  Y los peteneros, los pobres, los que tenían sus centavos y los ricos siempre tenían una sonrisa y a ellos les gustaba la fiesta. Es obvio que hoy, hay gente que gozan de todas las cosas modernas, pero también tengo la impresión que el porcentaje de gente con grandes deudas es mayor, asimismo los que viven en la pobreza.

Según INE (ENCOVI) 2006, alrededor de 68% de los peteneros eran pobres en 2000, y lo fueron 57% en 2006, una mejora bienvenida. En la república en general, era 56% en 2000, y hoy es 51%. Pero la pobreza extrema era 13% en 2000 en Petén. En 2006 era 15%, aunque es aún peor en el noroeste de la república.  En Petén, 57% son pobres, y los no pobres son 43% de la población
(INE 2006).

Pero, de la población indígena en Petén, en su mayoría Maya Q’eqchi’, 81% de ellos son pobres, 35% están en pobreza    extrema, y 19% no son pobres. Entre la población no indígena, 50% son pobres, y entre los  pobres 9% son extremadamente  pobres, y 50% de los no indígenas no son pobres.  El  gobierno define pobreza extrema como un ingreso de Q3, 206 por persona por  año. Pobreza no extrema es Q6, 574,  o sea casi Q40, 000 al año para una familia de seis personas. Arriba de Q40, 000 la familia no es pobre. Si  no estoy equivocado, con el salario mínimo un jornalero puede ganar  entre  Q15,  000  hasta  Q17,  000  al  año.  Entonces  una  familia  de  seis  personas  tiene  que  tener más de una persona trabajando. Cada quien debe llegar a sus propias conclusiones.

Pero  aún  hay  también  señales  de  prosperidad  y  aún  desarrollo  como  el  centro  comercial  Metro Plaza Mundo Maya, y sus clientes. Puede ser que eso es un viraje – algo colateral del crecimiento poblacional y nada más –, sin embargo, me parece que es algo más.  Y sin duda alguna, hay mucho más gente con electrodomésticos, hasta el olor en la tarde ya es diferente en algunas áreas – cocinar con electrodoméstico y con leña deja diferentes sensaciones.  ¿Y los tuk-tuks, más de 800 en el área central urbana, qué indica eso?

En  general,  parece  que  los  peteneros  tradicionales  viven  aquí  un  poco  mejor  que  otros.  Luego viene otra pregunta. ¿Los peteneros están asimilando la cultura del sur y oriente o viceversa, o es en doble vía? Por un lado, sale la chatona en cada fiesta municipal, pero también hay palenques. Los peteneros han mantenido una cultura distinta en muchas formas, hasta en la construcción de casas, su música, etcétera, pero ya los peteneros tradicionales son una minoría, y los nuevos peteneros del sur y oriente son la mayoría.  

Tal  vez  más  evidente  es  la  diferencia  entre  etnias,  como  las  estadísticas  sobre  la  pobreza  lo indican. Los Q’eqchi’s sufren de pobreza, falta de educación bilingüe (ver Corzo Márquez 2008), y  además  parece  que  están  perdiendo  sus  parcelas  en  partes  de  Petén.  El  desalojo  de  los
Q’eqchi’  de  sus  tierras  no  es  nada  nuevo,  y  según  algunos  autores  lo  que  pasaba  en  las Verapaces  ya está pasando acá. En otras palabras, el sistema nacional o tal vez centroamericano  está  extendiéndose  hasta  las  fronteras  del  norte.  El  proceso  se  refuerza  cada  vez  más (Grandia 2010; Hurtado Paz y Paz 2008).

A la vez, los Q’eqchi’s y otras etnias como los maya Mopán e Itzá ya  tienen mucha más capacidad de protagonismo y auto-defensa frente a la ley. No se puede describir todo en términos de blanco y negro. Hay cosas de color gris.  
Pero, en fin, como muchos han observado, tal vez el cambio más grande desde 1960 ha sido la replicación del sistema del sur y del altiplano del país aquí en el norte – en la  Transversal del Norte y en Petén.  Terratenientes y plantaciones por un lado, y por otro lado, jornaleros y agricultores que por fuerza tienen que trabajar por temporadas fuera de sus propias parcelas. Sea por diseño y engaño o por accidente histórico, existe una fuerza laboral relativamente barata y no muy organizada. Los que tienen que pagar a los laborantes sienten que no es barata, y tienen razón,  pero  hay  que  recordar  también  la  diferencia  en  lo  que  uno  percibe  como  su  negocio  particular y un proceso estructural.

Con cada giro de la rueda de la historia hay cambios reales, pero hay también algunos procesos y estructuras socio-políticas que no han podido transformarse todavía. Al contrario, están actualmente más reforzadas. Es fácil culpar a individuos o a determinadas clases sociales, pero también hay que tomar en cuenta el entorno global, procesos grandes, y la toma  de decisiones por parte de gente en la capital y aún fuera de Guatemala. La pregunta aquí es: ¿Dónde se toman las decisiones contundentes y quién las toma?  ¿Quién tiene el protagonismo y control? Es un tema de autogestión versus imposición de arriba hacia abajo en la toma de decisiones.

Desde 1960 y antes, las compañías chicleras tenían mucho poder en la toma de decisiones pero por lo menos, uno podía  decidir dejar eso y vivir tranquilamente con su milpa. Cuando entró el FYDEP, al principio la toma de decisiones estaba en las manos de gente de afuera, pero poco a poco los peteneros ganaban espacio, aunque las políticas o sea el modelo de desarrollo vino de la capital y de fuera de Guatemala.

Mientras en 1990, como todos saben, la creación de la RBM fue una imposición de arriba hacia abajo  por  parte  de  elites  nacionales  e  internacionales.  Y  desde  ciertas  perspectivas,  fue  una decisión necesaria y buena. No obstante fue una decisión bien fuerte, y la participación de los peteneros fue casi nula.

En la posguerra y hoy en día, hay mucho mas populismo que antes, sea para bien o para mal.  A la vez, parece que gente local y organizada, como por ejemplo, ACOFOP y otros actores ya tienen más posibilidades en la toma de decisiones sobre el RBM, legalización de tierras y otras cosas, aunque decisiones con las más fuertes implicaciones todavía viene de arriba hacia abajo.

Y, ya es imposible buscar la tranquilidad de la milpa y sobrevivir. Es difícil decir más sin mucho más tiempo porque en la vida política, sea con o sin desarrollo siempre hay muchos comodines.

Pero puedo notar que hay más gente preparada, un porcentaje de jóvenes con una formación académica, y ellos y ellas tienen las respuestas acerca de preguntas sobre  el tema de la toma de decisiones. ¿Tienen posibilidades de tomar el camino hacia auto-gestión?, aunque eso trae riesgos e inseguridad, ¿pueden tomar el camino de no  aceptación de decisiones que vienen de afuera?

La  política  del  gobierno  en  1835,  en  1945  y  en  1959  fue  en  parte  de  integrar  a  Petén  a  la   nación. Un sueño sin cambio en dos siglos. Para bien o para mal, Petén está integrado con el resto  de  Guatemala  y  más  integrado  con  el  mercado  y  la  cultura  global.  Y  con  eso,  hay  un replicación  de  muchos  procesos  y  estructuras  del  sur  y  el  altiplano,  dentro  de  un  proceso  de  modernización que ha sido más rápido que el proceso de desarrollo. 

Como  he  dicho,  tengo  más  preguntas  y  dudas  que  respuestas,  pero  hay  una  cosa  que  me parece es cierta.  Si los peteneros tradicionales y nuevos van a tomar más espacio en el proceso de desarrollo y la toma de decisiones quieren mucho más preparación académica. Sabemos que el desarrollo real depende en gran parte en la educación básica, por los menos los primeros cuatro grados y kinder, y también en la educación a nivel de la universidad, especialmente una universidad local.  En ese sentido, es preciso enfatizar “CUDEP deber ser lo medular del  desarrollo socio-económico en el sentido más amplio y humanitario”.  

Pasé  una  noche  con  Lic.  Oscar  Obando  y  sus  alumnos  con  B-learning.  Aunque  no  entiendo esta nueva tecnología, me hizo pensar en los cambios tan enormes.  Hace 50 años, otro maestro,  Don  Ricardo  Tzul  un  sabio  de  San  Andrés  estaba  sentado,  como  era  la  costumbre  en  el  pueblo, fuera de su casa en la tarde, y a su alrededor estaban varios jóvenes y hombres – los alumnos – y Don Ricardo, entre chistes y chismes, habló de los antepasados del lugar, lecciones que vienen de los veteranos del pasado.  Hoy en día, otro sabio, Lic. Obando, esta apoyando sus alumnos para enfrentar el futuro. ¡Cambios y continuidades!

Todavía es difícil medir y menos evaluar el impacto sobre Petén de muchos factores. En parte eso es por la rapidez de los cambios. Hoy, son increíbles los modos de comunicación. Radio, televisión,  skypes,  periódicos,  una  revista  de  CUDEP  de  fuerte  potencial,  Google,  etc.  Pero, todavía existe el arte tradicional del chisme. Es decir, a veces bajo todos los cambios tan dramáticos y rápidos, persisten patrones mucho más antiguos. Atrás o abajo de los malecones y vistas tan lindas y facilidades tan cómodas como es visible en San José y San Andrés, en Santa Ana y San Francisco, Flores, etcétera, hay la rivalidad de los Cohuojes versus los Itzá que vino de  Yucatán hacia Petén. Nadie puede negar la realidad de cambios irreversibles, sino observar la dificultad de analizar todo esto. Pero una cosa no ha cambiado - la paciencia y cortesía petenera de escuchar a los otros, por lo cual les agradezco mucho.
Gracias. 

Notas complementarias
[1] Kearney (1986 pagina 353) dijo que “el desarrollo sólo puede ocurrir cuando los excedentes por encima de consumo normal son capturados y se invierte en la infraestructura productiva de la  comunidad”  (traducción  mía).  Para  aclarar  un  poco,  hay  economistas  que  dicen  que  el desarrollo  económico  es  el  crecimiento  de  la  economía  nacional  y  capacidad  de  competir  en el mercado global. Entonces, Guatemala como otros países deben cambiar sus políticas para tener más disciplina fiscal, reformar  los impuestos, promover el libre mercado, privatizar ciertas instituciones  estatales,  promover  exportaciones,  etc.    en  una  palabra  el  neoliberalismo.    Un
ejemplo de esto fue Programa de Reordenamiento Económico y Social de Corto Plazo (1986).  Cambio neoliberal que aparentemente mejoró la economía a nivel nacional, al mismo tiempo la tasa  de  pobreza  creció  y  así  mismo  la  desigualdad  de  ingresos  individuales.    En  breve,  un aumento en las exportaciones, etc. no implicará necesariamente mejoras en el bienestar en la
población en general. Al contrario, Ej., cuando el país exporta más productos agrarios a nivel comercial, los campesinos no pueden competir y tienen que salir de sus parcelas, dejar de ser productores, y entrar en el mercado laboral comercial en condiciones desfavorables.  Entonces “desarrollo” en su sentido más amplio y crecimiento económico no son la misma cosa.  Desde el informe  de  la  Comisión  Bruntland  de  la  ONU  en  1987  es  menos  posible  de  hablar  de “desarrollo” sin la palabra “sostenible” – un proceso que satisface las necesidades de la generación actual, sin debilitar la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus necesidades.  Y tiene dimensiones sociocultural, económico, y político-institucionales según Sepúlveda (2008) y otros.  Entonces “el desarrollo” implica por lo menos cambios tanto sociales como económicos, mejoras en la calidad de la vida para todo el pueblo, y más opciones para los ciudadanos (véase por ejemplo Carletto, et al. 2010). (Los marxistas tiene su propia definición de desarrollo que involucra “la acumulación primitiva” y la conversión de los RRNN, la capital y la mano de obra en objetos sin función moral-social, o sea que todos son comodidades en la economía y en lo conceptual. Véase también   Hirschman. 1958; Hirschman y Petrusewicz 1994.

[2] Algunos mantienen que la era de la conservación, etc. comenzó cuando las OGNs internacional y ciertas personas en la capital se dieron cuenta de la “deforestacion” en Petén.  En realidad, había Peteneros reclamando esto desde el década de los setenta, pero en esa época, expertos en el extranjero no estaba escuchándoles. Pregunto ¿Hoy están escuchando a la gente local?  (Ej. Gálvez Mis 1977). Cambios sin cambios.

[3] En 1950 casi 69% de la PEA de Petén trabajaba en el primer sector de la economía, el sector agrario, lo cual incluyó la chiclería.  Según mis cálculos, en 1950-1960 alrededor de 50% de la PEA petenera estaba involucrada en alguna forma en la chiclería. En las décadas 1960, 1970 y 1980 de 72.0 hasta 76.0% de la PEA petenera estaba en el sector agrario, aunque la chiclería cayó bastante.  ¡Mientras en 1990 la PEA en el sector agrario bajó hasta 59% y en 2002 fue 22%, aunque en lo personal tengo mis dudas que 22% es real! (55% estaba clasificada como obreros no calificados). Entonces, por lo menos en el
área central hay cambios – en 1960 fue una economía extractiva y agrícola, y hoy en día es una economía de servicios (para turistas, población en general, etc.) y comercial (Véase Cordillera 2006). 

[4] También, había antes una pirámide de riqueza, poder y prestigio. Ahora hay varias pirámides separadas, y la riqueza, el poder y el prestigio son menos congruentes. Hay más populismo, también. Cambios fuertes a mi parecer.  Seria bueno si un estudiante de CUDEP podría investigar este aspecto de la historia petenera.


Nota Final:
Conferencia del Doctor Norman Schwartz en el Centro Universitario de Petén el miércoles 14 de julio de 2010. Revista Universitaria Trimestral Electrónica Säk B’ej del Centro Universitario del Petén – Universidad de San Carlos de Guatemala Año 01 No. 03.  Pag. 4-12.

El Doctor Norman Schwartz es autor del Libro Forest Society, además de ser Profesor Emérito de la Universidad de Delaware, Estados Unidos.

Comentarios

Carlos Mendoza ha dicho que…
Excelente! Muchas gracias por compartilo.

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